Mario Domínguez

Hace unos años Mario sufrió un ataque al corazón y estuvo a punto de no contarlo. Aun así, asegura que no sintió miedo, a pesar de que aún le quedaban dos deseos por cumplir: aprender a conducir una moto y escribir una novela. Asegura que tampoco tiene miedo a aprender cosas nuevas, y desde que se jubiló se ha apuntado a cursillos de lo más variado: canto, inglés, euskara, informática… Pero especialmente ha recuperado una pasión que tuvo aparcada desde pequeño: la pintura. La ejerce con tal entusiasmo que ha logrado exponer en distintas salas. Y tanto el ayuntamiento como la Oficina de Turismo de su pueblo, Portugalete, cuentan con una pintura suya. Le encanta regalar sus cuadros. “La mayor satisfacción es dar algo a alguien sin esperar nada a cambio”, asegura. Como aún no ha aprendido a andar en moto ni ha escrito una novela, asegura que no tiene ninguna intención de morirse.