Con 14 años entró en una escuela de aprendices, de trabajos manuales y escogió el trabajo de tornero fresador. Un buen trabajo para aquella época pero no lo suficiente para Mario. Él tenía ciertas inquietudes y quizás por eso lo compaginaba con la carrera de perito. Terminó en un puesto de jefe en una empresa grande pero la verdad es que sus compañeros siempre le vieron más como un relaciones públicas.

Conoce a Mario Domínguez

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Energía, voluntad, iniciativa y esfuerzo. Soy guerrero.

¿Qué consejo te dieron tus padres de pequeño?
Sé honrado, haz el bien y no mires a quién.

Sí, ya sé que es una frase manida pero no por eso deja de ser verdad. Los favores hay que hacerlos sin esperar nada a cambio. Y con el tiempo puedo confirmar que es un fantástico consejo, yo hago favores y no espero nada de nadie. Los hago porque quiero. ¿Y sabes qué? Soy más feliz.

¿Qué querías ser de mayor?
Yo siempre quise ser médico, pero no pude. Los médicos tienen que ser altruistas, se dedican a salvar vidas así que hay que tener vocación. Y a mí me llamaba la atención el poder hacer el bien a otras personas.

Mi madre que era una mujer culta, dentro de lo que la época lo permitía, siempre andaba cuidando a la gente, poniendo inyecciones,… era muy buena enfermera. Y ese ejemplo despertó las ganas de hacer algo similar en mí.

Ella quiso ser maestra y no pudo. Yo quise ser médico y tampoco pude. Supongo que la historia se repitió un poco.

Si algo te gusta ve a por ello, que en la vida no hay segundas oportunidades.

Tuitéalo

¿Te atreviste a dar el paso?

El problema es que era impensable, ni se lo dije a mi familia. Yo soy hijo de obreros, siempre hemos vivido honradamente pero sin grandes posibilidades y ser médico no entraba en los planes. Y cuando más adelante tienes familia ya es muy tarde. Tienes que mantener a tu propia familia y eso cierra muchas puertas.

No lo veo con pena porque conozco mis circunstancias. En la vida hay que tener ilusión, pero también hay que ser un poco realista.

Yo me meto en profundidades, pero en las que sé que puedo meterme.

Así que eres un guerrero que te conoces muy bien. Pero llega un momento que tu vida cambia. El momento en el que sufres un infarto. ¿Cómo te cambió?

Yo tenía cierta presión en el trabajo y creo que esa presión fue el detonante. Algo que se veía venir pero hasta que no te pasa… pues nada.

Eso sí que marca un antes y un después ya que aparece el factor miedo. Tienes miedo de meterte a la cama y no despertarte. Y ahí tienes que escoger qué camino quieres seguir, si el de pasarte la vida con miedo o disfrutarla. Y yo escogí la segunda. Por salud.

Me hice más sensato, más pausado, más tranquilo. Empecé a tomarme las cosas con más calma pero llega un punto que el río vuelve a su ser y no todo se puede controlar o cambiar. Se puede intentar, pero no siempre se consigue. Se debe intentar, pero no siempre se consigue.

Piensa en tu vida como una bolsa de cosas. ¿La vas dejar vacía?.

Tuitéalo

Y empezaste a disfrutar más de la vida.

Sí. Empecé a disfrutar de las cosas que me gustaban. Dejé de dedicar mi tiempo sólo a trabajar y empecé a disfrutar de las cosas que siempre había querido hacer. No me gusta perder el tiempo, yo siempre pienso es que la vida es como una bolsa que hay que ir llenando de cosas buenas, no para tenerla vacía.

Me apunté a un centro de bellas artes a pintar, a cursos para aprender a cocinar, me apunté a cursos de canto o a dar conferencias. Nada pasivo, siempre con el objetivo de llenar la bolsa.

¿Y qué te aporta todo esto?

Pensar que eres capaz de hacer cosas ahora que todavía puedes. Requiere un esfuerzo, controlar el temperamento y quitar el miedo a enfrentarte a algo nuevo. Además requiere aprender a convivir con personas, diferentes comunidades a las que tienes que respetar y de las que puedes aprender. Pero compensa. ¡Claro que compensa!

¿Crees que la gente más joven dedica suficiente tiempo a sus aficiones?

La sociedad está absorbida por el trabajo. Las aficiones no existen a partir del momento en el que tienes familia, trabajo, … Si tienes un hobbie no lo abandones, cultívalo. Si te gusta algo no lo dejes. No le vas a poder dedicar el 100% pero siempre se le puede dedicar un porcentaje.

Y el carácter social que implica el mantener un hobbie ayuda a enseñarte a convivir, dejando de lado las competitividades. Nunca es tarde para encontrar nuevas aficiones.

A mi de pequeño me gustaba mucho el dibujo y, no siguiendo mi consejo, lo aparté en cuanto empecé a trabajar y a estudiar. Se me olvidó cultivar. Durante muchos años en mi trabajo me dedicaba al dibujo técnico, esa era mi “manera de pintar” en aquella época. Puede que por eso sea un gran seguidor de Picasso, porque todos sus dibujos son geométricos. Pero el dibujo artístico no lo recuperé hasta años más tarde, ahora hago acuarela. Me he pasado de lo geométrico a la acuarela. He tardado muchos años pero ha merecido la pena. La satisfacción de conseguir cosas y la satisfacción del reconocimiento de los demás. Eso siempre se agradece, sin importar la edad.

¿Trabajo o aficiones?

El trabajo es trabajo. Si te gusta te importa menos, aguantas más, lo disfrutas más. Pero un trabajo jamás puede ser un hobby. Cada uno necesita su espacio y su tiempo. Como decía alguien por ahí: «busca un trabajo que sea tu hobby y nunca jamás tendrás que ir a trabajar».

Continúa aprendiendo de los que más saben de la vida
Continúa aprendiendo de los que más saben de la vida
Clase: Mentxu Arrieta
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